Es una eterna discusión que, además, no pasa de moda desde hace años. Y las opiniones son muy variopintas: ¿es realmente distinto el carburante de las estaciones de servicio “de marca” que el de las estaciones de servicio de bajo coste? Sea cual sea tu respuesta seguro tienes argumentos para respaldarla. En las siguientes líneas intentaremos dar algunos datos de interés al respecto.
Las diferencias de precios entre las cadenas más baratas y más caras oscilan entre un 15 y un 20% según el tipo de carburante, según la OCU. Lo que se traduce en torno a los 20 céntimos de diferencia en el caso de la gasolina, dependiendo de la estación de servicio elegida dentro de una misma ciudad.
La diferencia de precio hace pensar a los usuarios que repostar en una gasolinera de marca blanca, por llamarla de alguna forma, puede tener repercusiones en la vida útil del vehículo a largo plazo. En ese sentido, las grandes compañías aseguran que añaden aditivos a su producto que mejoran su rendimiento y limpian el motor. Mejoras que las compañías low-cost no promocionan.
El producto que comercializan unas y otras cumplen los estándares mínimos exigidos por la ley.
La realidad es que todo el producto que comercializan unas y otras cumplen los estándares mínimos exigidos por la ley, que son controlados por CLH -Compañía Logística de Hidrocarburos-. Este organismo es el encargado de comprobar que el combustible se distribuye en buen estado y con la misma base.
Las marcas que ofrecen carburante low-cost como Alcampo, Eroski o Carrefour aseguran que la diferencia de precio no repercute en la calidad de su producto. La cadena del Grupo Auchan afirma que su combustible procede de las plantas de distribución de CHL, en las que no solo se controlan los estándares de calidad establecidos por ley, sino que también ellos realizan sus propias inspecciones y análisis externos para garantizar la máxima calidad.
Una de las diferencias entre gasolineras low-cost, frente a las de grandes cadenas, suele ser su ubicación. Muchas veces las estaciones de marca blanca se ubican estratégicamente en polígonos o centros comerciales y sirven de reclamo para atraer el público hasta allí. Su objetivo es evidente, servir de tractor del público y vender grandes volúmenes con poco margen.
Por otra parte, la mayoría de las estaciones de marca blanca no cuenta con personal de suministro ni servicios añadidos del tipo a lavabos, tienda o zona de restauración. Tampoco tienen el apoyo de grandes campañas de marketing, más allá de su gran baza del precio.
Quizás acabamos de dejar nuevamente el debate en punto muerto. A nivel de consumo no parece que haya diferencia entre el mismo producto de unas u otras ¿Y a nivel de desgaste del vehículo? No hemos encontrado ningún estudio tajante en ese sentido. Habría que poner en la misma situación, durante muchos kilómetros a vehículos para poder responderlo. El consumidor tiene la última palabra.