Entre otras hazañas, el Imperio Romano fue pionero en la construcción de una amplia red de carreteras. Las vías romanas conectaban todas las provincias del Imperio y permitían un fácil movimiento de tropas, mercancías y personas. De ahí la frase aquella de que “todos los caminos llevan a Roma”.
La construcción de estas carreteras romanas fue una hazaña de ingeniería y arquitectura sin precedentes. Su legado ha llegado hasta nuestros días.
Los romanos utilizaban técnicas de construcción avanzadas, como el trazado a nivel y la construcción de bases sólidas y resistentes. Lo que permitía una buena durabilidad y un fácil mantenimiento. Además, el sistema de calzadas romanas se realizó con una anchura determinada y uniforme, que permitía el tránsito de carruajes y otras formas de transporte de mercancías y personas.
Las carreteras romanas también estaban equipadas con una serie de elementos de seguridad nunca vistos hasta entonces, como muros de contención, puentes, alcantarillas y señales de tráfico. Estos avances permitían un tránsito seguro y fluido.
En la actualidad, muchas de las técnicas y principios de construcción de carreteras romanas se han conservado, adaptado y mejorado con la tecnología moderna. Lo que ha permitido la construcción de carreteras más resistentes y seguras en todo el mundo.
En España, algunas de las carreteras que tienen su origen en el Antiguo Imperio romano son: