Hasta que los coches eléctricos hayan desplazado por fin a los de combustión -si es que eso ocurre alguna vez-, se seguirá dando esa situación de “no sé si llego hasta la siguiente gasolinera”. ¿Quién no ha sentido esa adrenalina alguna vez?
También es verdad que la urgencia por alcanzar la siguiente estación puede darse por otras circunstancias como problemas mecánicos o razones fisiológicas.
Lo importante es que cuando por fin aparece el letrero que anuncia su presencia, a veces se toma una intersección, luego otra carretera y al fondo -a la derecha- de un pueblo desconocido aparece.
Monoposte de petrolera
El primer truco para saber si la gasolinera está contigua a la vía o habrá que desviarse es de sentido común. Si en la distancia se otea el tótem de alguna compañía de carburante, muy probablemente su estación estará junto a la autovía.
Señal de tráfico azul, verde o blanco
El color de las señales que avisan de un próximo surtidor también es de gran ayuda. Solo cambiarán del azul de la autovía a verde o blanco cuando haya que abandonar la misma y circular por una vía de inferior rango hasta alcanzarlo.
Distancia que marca hasta la gasolinera
Otro indicador útil para saber la ubicación exacta de la estación de servicio es fijarse en los metros que restan hasta llegar a ella. Si los metros son números redondos de 1.000 o 500 metros, la gasolinera está en paralelo a la vía. Si por el contrario los paneles indican 750 o 250 metros, la estación está fuera del área de influencia de la autovía en una carretera secundaria.
Estos consejos solo sirven para las autovías. En las vías de peaje la legislación vigente obliga a que las gasolineras se ubiquen al borde de la carretera en intervalos de entre 20 y 60 kilómetros unas de otras.