Si tienes pensado volver a casa por Navidad, además de las condiciones climáticas en carretera, debes tener en cuenta un buen mantenimiento preventivo de tu vehículo.
Hay ciertos elementos de tu coche que tienen una vida útil limitada. Actuar en consecuencia para restituirlos puede evitar males mayores y disgustos.
Es asumido por la mayor parte de los conductores que hay ciertas comprobaciones que debemos realizar de forma rutinaria, como en el caso del cambio de aceite. Generalizando, puede estandarizarse que éste, junto con su filtro, debe sustituirse cada 15.000 km. El filtro del aire cada 20.000-30.000 km y el filtro de combustible cada 30.000-50.000 km.
Otros líquidos que tiene una vida limitada es el de frenos, que debe cambiarse cada 20.000 km o 2 años, y el líquido anticongelante, que pierde su eficacia transcurridos 2 años de su puesta.
El sistema de climatización parece la estrella del verano. Sin embargo, adecuar la temperatura del interior del coche o poder eliminar el vaho de los cristales rápidamente, se tornan imprescindibles para la correcta conducción en invierno.
Una revisión del circuito al menos cada dos años resulta esencial para que se cumplan estos objetivos y, además, se eviten los malos olores.
Al respecto de esto último, recordemos que el filtro del habitáculo, que nos protege de la contaminación externa, es recomendable sustituirlo cada 15.000 km.
Las escobillas de los limpiaparabrisas también se deben sustituir periódicamente. Este elemento de caucho tan importante para la visibilidad acusa el paso del tiempo de forma significativa. Que rechinen al ponerse en funcionamiento o que dejen restos de agua, son síntomas de que deben ser sustituidas rápidamente.
Las bombillas de los faros suelen tener una vida máxima de dos o tres años. Es importantísimo y obligatorio sustituir la lámpara cuando se funde. Tras esta operación, será necesario igualmente una revisión y un reglaje del sistema. En el caso de las luces de xenón, es especialmente necesario que su sustitución se realice en un taller de confianza, ya que no conviene manipularlas.
Intentar arrancar el coche y que este no responda cuando, además, pretendemos llegar a tiempo a algún sitio, es una situación más habitual de lo que parece. Revisar la batería cada cierto tiempo es un gesto que nos evitará esta circunstancia. Recordemos que la vida media de las baterías es de unos 4 o 5 años, dependiendo del uso que se haga del vehículo.