La opción de importar un vehículo, bien sea por necesidad, en busca de mayores prestaciones o menor precio, requiere de un conocimiento previo que pretendemos facilitarte en este artículo.
Los dos países occidentales que reinan en la exportación de vehículos son: Alemania y Estados Unidos. Estas naciones son las más elegidas por quienes buscan algún modelo clásico, con mayores prestaciones o con un precio más accesible. El hándicap, como siempre, suele ser la barrera del idioma y, en consecuencia, la falta de asesoramiento.
Esta es la cuestión principal. Si el vehículo se adquiere en un concesionario extranjero tendrás que pagar los impuestos directamente. Por el contrario, si se compra a un particular, será necesario un contrato de compraventa del que se deberá abonar un tanto por ciento al llegar al país.
Además, el contrato de compra deberá estar en idioma español. De lo contrario, se deberá pagar por la traducción. El contratar un gestor habituado en este tipo de transacciones nos puede ayudar a salvar todos los obstáculos descritos.
Lo primero de todo será pagar los impuestos de matriculación y circulación en Tráfico del vehículo en cuestión. El límite para matricularlo es de 30 días, aunque la DGT puede dar matrículas temporales a los coches importados mientras el procedimiento se realiza.
Si el coche es extracomunitario, deberás abonar los trámites aduaneros -de unos 200 € aproximadamente-. Deberás pagar, además, el impuesto de circulación del ayuntamiento donde estés empadronado. El último requisito que faltaría para poder circular sería la contratación de la póliza del seguro.
Dependiendo del modelo de vehículo elegido, las piezas de repuesto pueden ser menos accesibles y más costosas. Además, si el coche es de un país anglosajón, hay que tener en cuenta que el sistema de contar la velocidad (velocímetro) se encontrará en millas, el consumo de gasolina en galones en vez de litros y la temperatura en Fahrenheit, en lugar de grados Celsius.
En Internet está todo al alcance de un clic, incluido el amor o los coches. Si bien hay miles vendedores particulares, profesionales privados y compañías involucrados en este sector, lamentablemente también hay quienes buscan la estafa. Así como axioma general para el mundo de Internet decir que: ¡Si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente haya gato encerrado!
Lo más sencillo y fácil en estos casos es conseguir el vehículo de tus sueños a través de un gestor español de confianza.
Aunque también es verdad que los sueños más importantes, no suelen ser los que están al alcance de la mano.